“Lo echaron vivo(…)El horno lo manejaba un señor que le decían ‘funeraria’,llamado Ricardo; dos señores le hacían mantenimiento a las parrillas y a las chimeneas, porque se tapaban con grasa humana”.
Últimas revelaciones de paramilitares; Informe Fiscalía y Verdad Abierta
“(…)Lo echaron vivo ahí(…) El horno lo manejaba un señor que le decían ‘funeraria’, creo que se llama Ricardo; dos señores le hacían mantenimiento a las parrillas y a las chimeneas, porque se tapaban con grasa humana”.
“cuando nosotros llegábamos con las personas, vivas o muertas, tocábamos y nos decían ‘esos insumos llévelos para el fondo’. Llegábamos hasta adentro, los llevábamos en bolsas para que no botaran sangre. Los desangrábamos. Nos preguntaban ‘¿quién manda eso?’(…) Llevaban una carpeta donde anotaban todo(…)”
“Hay muchos muertos que no se han encontrado porque aquí en Medellín, a las afueras, a una hora, se encontraban unos hornos crematorios. Hubo mucha gente quemada. Yo presencié esos hechos”, les confesó el ex paramilitar a los investigadores.
Investigadores sociales de la Universidad de Antioquia indicaron que la existencia de hornos crematorios en Norte de Santander y en Antioquia evidencia que se trata de una manera de “industrializar la criminalidad”. Había una orden superior de “desaparecer las víctimas a toda costa” y en ese sentido es que aparecen los desmembramientos, las fosas, los ríos y los hornos como técnicas eficaces de acabar con el llamado “enemigo”.
Lo que revela este tipo de criminalidad es su carácter sistemático y selectivo, “lo que quiere decir que toda esa criminalidad fue planificada, tanto que no se puede perder de vista que los paramilitares tuvieron escuelas en donde preparaban a los combatientes en diversas actividades. Allí los convertían en máquinas de guerra” a través de una división interna del trabajo, especificada por técnicas criminales.
Los paramilitares, esa Estrategia de Terrorismo de estado al servicio de magnates y multinacionales, están arrojando revelaciones macabras ante la fiscalía, ante las cuales el mundo no puede seguir indiferente e impasible.
Los paramilitares, esa Estrategia Estatal de mercenarios para eliminar a los “rojos”, a toda oposición, y a cualquiera que les estorbe, así sea de sus mismas estructuras gremiales, están hablando.
El Paramilitarismo es una estructura que ahora mismo hace su operación Make-UP, recomendada por USA; o sea fingir desmovilizarse, cambiar de nombre y seguir perpetrando las masacres… y para tales efectos, los paramilitares dan uno que otro dato acerca de ubicación de fosas comunes, de metodología de torturas y desaparición…
Los ‘paras’ también tenían crematorios en Antioquia
Publicación de Mayo 11 de 2010, de Verdad Abierta, datos Fiscalía de Justicia y paz, audiencias a paramilitares.
Por primera vez, un ex paramilitar se refiere al uso de este mecanismo de desaparición forzada en el Valle de Aburrá. La Fiscalía investiga con base en su testimonio y se espera que otros ex mercenarios aporten más información.
La orden impartida a finales de la década del noventa por los comandantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) de desaparecer a sus enemigos “de cualquier manera”, para no dejar rastros y evitar que las cifras de homicidios crecieran de manera desproporcionada en las zonas urbanas, tuvo en Medellín y el área metropolitana una de las expresiones más crueles de la guerra paramilitar: la utilización de hornos crematorios.
De este macabro mecanismo se han tenido referencias de su existencia en Norte de Santander. Paramilitares de las Auc que operaron en esa región del país, entre ellos Iván Laverde Zapata, alias ‘el iguano’, han confesado ante fiscales de la Unidad Nacional de Justicia y Paz que en áreas rurales del corregimiento Juan Frío, de Villa del Rosario, y Puerto Santander, se construyeron hornos crematorios para incinerar a sus víctimas.
En Medellín el tema de los hornos crematorios de las Auc no pasaba de ser un rumor desde hace varios años. En el mundo de la criminalidad se decía con insistencia que los paramilitares se llevaban a la gente y “la quemaban” para desaparecerla, pero nadie ofrecía información precisa que permitiera afirmar o desmentir el asunto.
No obstante, la realidad le viene ganando terreno al rumor gracias al empeño de varios investigadores judiciales adscritos a Justicia y Paz que rastrean el tema desde hace varios meses. Hoy ya tienen datos concretos, aunque parciales, que los están llevando a constatar que sí se dio esa práctica de desaparición forzada, pero, como ellos mismos admiten, aún falta más información.
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