La Batalla de Matasiete constituye una referencia esencial de un pueblo de pescadores artesanales y agricultores pobres, que se transformó en ejemplo para otros países en su lucha contra el imperio más poderoso del mundo en el siglo XIX.
Fidel Ernesto Vásquez
Hoy domingo, los Patriotas venezolanos y en especial los del estado Nueva Esparta recordamos 199 años de una gesta histórica: la Batalla de Matasiete, enfrentamiento en que el pueblo insular derrotó al ejército español comandado por el general Pablo Morillo.
Aquel 31 de julio, Margarita se convierte en la primera zona libre de la colonización española en Suramérica. Desde aquel momento, las tropas de ningún imperio han podido tocar suelo neoespartano.
Matasiete es la montaña de la gloria margariteña y dio el nombre al estado Nueva Esparta, debido a la similitud de la batalla de las Termópilas que protagonizaron los espartanos en la antigua Grecia del año 480 AC.
Aplicando tácticas de lo que hoy se conoce como guerra asimétrica, los patriotas margariteños emularon al legendario pueblo griego de Esparta, que con un pequeño ejército al mando de su Rey Leonidas, contuvo a la invasión Persa en el paso de las Termópilas.
El cerro Matasiete es uno de los grandes patrimonios de la patria venezolana.
Para unos, es un ejemplo contundente de guerra asimétrica; para otros, un logro geopolítico sin precedentes. Para todos, es un innegable triunfo popular sobre un imperio.
El enfrentamiento ocurrió el 31 de julio de 1817 entre el bando español, a las órdenes de Morillo, y las tropas venezolanas, comandadas por Francisco Esteban Gómez, en el cerro Matasiete, hoy municipio Arismendi de la entidad.
Más de 3.000 soldados españoles al mando de Morillo se enfrentaron a unos 600 margariteños al mando de Francisco Esteban Gómez, que se atrincheraron en el cerro Matasiete, para resistir a las fuerzas españolas, que fueron derrotadas.
El boletín del Ejército Margariteño del 1º de agosto de 1817, describe el siguiente parte de guerra:
«El resultado de esta larga acción fue que solo 300 hombres de infantería protegidos por una corta caballería y por la Caranta (un fortín) derrotaron completamente a los 3.000 valientes con que Morillo nos amenazaba con total exterminio; acción gloriosa para las armas de la República, para el timbre de los margariteños y lección que puede servir de escarmiento a los tiranos (…)», indica el boletín.
Esta es la batalla de más trascendencia para la historia de Margarita. Matasiete es la lección, es el valor y la hidalguía. Es la gloria que viene a complementar el triunfo de la campaña de Guayana y que se cristaliza luego con la Batalla de Carabobo que sella la emancipación nacional.
La Batalla de Matasiete constituye una referencia esencial de un pueblo de pescadores artesanales y agricultores pobres, que se transformó en ejemplo para otros países en su lucha contra el imperio más poderoso del mundo en el siglo XIX.
En Matasiete, humillamos la prepotencia de Pablo Morillo, quien nos había amenazado con hacernos desaparecer de la faz de la tierra.