Los banqueros y los consorcios capitalistas quieren salvarse a costa de los trabajadores
Por PRS (Partido de la Revolucion Socialista)
Crisis de deuda
La economía griega presenta un déficit presupuestario cercano al 13% de su PBI y una deuda externa que equivale al 124%, que llegaría aproximadamente a los 500 mil millones de dólares. Sus principales acreedores son bancos de capitales franceses, alemanes y suizos, seguidos por los de Inglaterra y Estados Unidos.
La «burbuja griega», es decir la afluencia de capital financiero volcado centralmente al consumo por las principales potencias imperialistas, llegó al borde del estallido ante los vencimientos de deuda que durante este mes (mayo de 2010) llegan a los 15 mil millones de dólares y a los 64 mil millones durante este año. Parte de esta crisis de deuda es el salvataje del Estado griego a sus propios bancos: «La expansión financiera de los bancos griegos a los Balcanes fue financiada, antes de la bancarrota capitalista, con deuda internacional, que ahora no pueden pagar por la crisis que afecta a los países de la ex Yugoslavia; se ha pinchado el ‘subimperialismo’ griego en la región (Stratfor, 23.2).» (Citado por Jorge Altamira).
En el marco de la crisis internacional, el capital imperialista no acepta una postergación de esa situación y se apresta a cobrar su deuda, aunque las consecuencias conduzcan a una profundización y prolongación de la crisis. El «rescate» a Grecia por parte del BCE y el FMI, en principio de 120 mil millones de dólares durante los próximos 4 años, es en realidad un salvavidas de plomo que profundizará la recesión y con ello el desempleo (que ha llegado al 13% y el propio gobierno estima que llegará al 19% para fin de año), a la vez que será de dudoso resultado en cuanto a evitar el default. Con relación a esto último, el economista Nouriel Roubini señaló que: «Las ayudas millonarias de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional no son suficientes para contrarrestar la crisis: Se aplaza el problema hasta el año que viene.» (La Jornada).
Sin embargo, el peligro se extiende también a Portugal, España, Irlanda, Inglaterra en Europa y más allá del viejo continente. «Grecia es sólo la punta del iceberg (…) Roubini agregó que no cree que la crisis se frene en las fronteras de Europa y teme que los gigantescos endeudamientos públicos generen pronto serios problemas en Japón y Estados Unidos.» (Idem). Estos elementos están mostrando el carácter ficticio que ha tenido la «recuperación» de la crisis internacional durante el último semestre.
Pero además la situación griega está cuestionando las bases mismas de la Europa «unida» bajo el capitalismo y su moneda única. El «blindaje» europeo de cerca de 1 billón de dólares, (en el que participa el FMI aportando cerca de un cuarto de esos fondos), ha sido lanzado como una señal de que se sostendrá por un lado tanto a las economías en riesgo de default -entre ellas Grecia- como la adhesión de estas al euro. Es que la otra alternativa de ajuste en puerta es el abandono del euro por parte de las naciones más comprometidas y la vuelta a la anterior moneda para de esa forma ajustar por la vía de la devaluación de la moneda (la integración al euro justamente impide que Grecia haga una devaluación en regla ya que no tiene el control de este aspecto de la política monetaria). La alternativa, por llamarla de algún modo, coloca al frente la discusión sobre la salida de varios países del euro asestando con ello un golpe muy duro al proyecto imperialista alemán y francés en disputa con EEUU.
El blindaje es además una defensa del valor del euro frente al dólar, ante el retiro en masa de capitales que «huyen de todo aquello que huela a divisas europeas» (El País) y vuelven al dólar. Hay «ataques especulativos», sobre todo de empresas (y más que nadie de los grandes grupos financieros) norteamericanas, lo que está desvalorizando a pasos agigantados el euro.
Vale la pena recordar el trasfondo «estructural» de esta crisis capitalista, su carácter y en este marco, la cuestión del endeudamiento. “La contradicción básica del capitalismo es la apropiación privada (…) de la producción social de los obreros. El capitalista invierte en la producción de las ganancias y vuelca su producción al mercado esperando encontrar compradores para sus productos. Es la «ley ciega de los mercados», la anarquía de la producción capitalista, la que determina a posteriori si la inversión hecha por el capitalista responde a una demanda social. Cuando las inversiones exceden la demanda efectiva por la «excesiva» competencia, los productos no encontrarán compradores al precio que cubra la tasa de ganancia mínima esperada por los capitalistas (…) la inversión capitalista no se guía por las necesidades de la sociedad, sino por la ganancia que espera obtener en el mercado y por la competencia. Bajo el acicate de la competencia, el capitalista se ve obligado a invertir para mantener su cuota en el mercado. Si el mercado no se amplía, sino que por el contrario se encuentra ante un límite, para mantener sus ganancias, el capitalista necesita aumentar la plusvalía que extrae del trabajo del obrero, reduciendo al mínimo indispensable su salario. El Estado al servicio de los capitalistas les rebajará los impuestos a costa de reducir los gastos sociales en salud, educación, jubilación, viviendas populares y asistencia a los más pobres. Pero llega un punto en que el exceso del conjunto del capital invertido por los capitalistas ha reducido al mínimo su tasa de ganancia. Para prolongar la vida de sus empresas toman créditos, se endeudan, y a la vez diversifican sus inversiones jugando a la especulación financiera por medio de la cual, por un tiempo, van a obtener más ganancias que en la producción. El capital financiero especulativo crece como una bola de nieve creando una falsa ilusión de riqueza. (…) En un determinado punto, la deuda pública y privada ha crecido hasta un límite insostenible y una tras otra las «burbujas» especulativas estallan. Una crisis general azota nuevamente a los trabajadores y los pobres. Pero también liquida a una buena parte de capitalistas que van a la bancarrota mientras el capital depreciado se concentra en manos de los más fuertes. Es la ley interna del capitalismo, es su funcionamiento «orgánico» el que desemboca en las crisis. El crecimiento del capital especulativo es inevitable, y a la vez el intento de sobrevivir del capital que excede a la demanda solvente. Es como un espíritu tratando de existir después de la muerte del cuerpo. En un momento ese espejismo desaparece.» (LCO 52, Una crisis económica mundial de dimensión histórica, noviembre de 2008)
El intento de frenar la caída en una depresión profunda por medio del «rescate» consistente en la inyección de enormes masas de capitales por parte de los estados para salvar a los bancos y «estimular» la economía, logró frenar la depresión pero sólo no logró la recuperación sino que esta provocando esta nueva fase de la crisis de endeudamiento de los estados.
El fondo de la cuestión es que hay una crisis de sobreinversión o sobreproducción general del capitalismo imperialista de magnitud histórica comparable a la crisis del 30. Como explicaba León Trotsky: «la vida del capitalismo monopolista es una cadena de crisis. Cada una de las crisis es una catástrofe. La necesidad de salvarse de estas catástrofes parciales por medio de murallas aduaneras, de la inflación, del aumento de los gastos del gobierno y de las deudas prepara el terreno para otras crisis más profundas y más extensas. La lucha por conseguir mercados, materias primas y colonias hace inevitables las catástrofes militares, Y todo ello prepara las catástrofes revolucionarias»
El antiobrero ajuste «socialista» y la respuesta de los trabajadores
El 6 de mayo el parlamento griego votó, a instancias del PASOK (Partido Socialista Panhelénico), que es el partido de gobierno y cuenta con mayoría parlamentaria, de LAOS (nacionalistas de derecha, cuarta fuerza parlamentaria), y un sector de Nueva Democracia (centroderecha), el plan de ajuste propuesto por el Primer Ministro «socialista» Georgios Papandreu. El EKK (Partido Comunista estalinista, que es la tercera fuerza electoral y cuenta con 21 diputados) y Syriza (Coalición de la Izquierda Radical -reformistas eurocomunistas, ex EKK, grupos trotskistas, quinta fuerza electoral con 13 diputados) votaron en contra del plan de austeridad.
El ajuste antiobrero «socialista» lanzado por el gobierno y aprobado por el parlamento incluye rebajas salariales que llegan en algunos casos hasta el 40%, congelamiento salarial para los empleados públicos, aumento de la edad jubilatoria, aumentos de impuestos entre ellos del IVA, 30 mil despidos en el sector público y eliminación de los aguinaldos. De conjunto es el intento -en toda Europa- de acabar con gran parte de las conquistas de lo que se llamó el «Estado de Bienestar» de posguerra como modelo de acumulación capitalista.
Un día después de la votación parlamentaria en España, el gobierno «socialista» de Zapatero anunció también un duro plan de ajuste que incluye rebaja salarial del 5% para los empleados públicos y elimina diversos beneficios sociales como el subsidio por hijo además del recorte en el conjunto de los gastos sociales. Un día después de España fue el turno de Portugal. El gobierno «socialista» con el apoyo del Partido Socialdemócrata, que es el principal partido de oposición, también anunció un brutal recorte del gasto público y aumento de impuestos. Por su parte, en Inglaterra, el gobierno laborista de Gordon Brown, luego de una elección parlamentaria donde perdieron 50 diputados, renunció para dar paso en el gobierno a una coalición conservadora-liberal demócrata. Se espera que sea Inglaterra la próxima en anunciar medidas de ajuste por parte del nuevo gobierno a quién lo capitalistas ven con mayores condiciones para llevar adelante los recortes antipopulares frente a un laborismo que se mostró desgastado en las elecciones. Europa es un mar de ajustes, lanzado indistintamente por conservadores o «socialistas», ambos fieles defensores de los intereses de la burguesía.
La cuestión de Grecia ha impactado también en la situación política interna alemana, donde la conservadora canciller Angela Merkel acaba de perder las elecciones en Renania del Norte-Westfalia, el mayor estado de Alemania y donde también han anunciado nuevos recortes de 60 mil millones de euros durante los próximos 5 años, empezando por reducir el seguro a los desocupados. Una parte considerable de la población alemana se opuso al «rescate» a Grecia, pero en medio de una polarización social creciente, las elecciones también expresaron a un amplio sector que votó en contra de Merkel en rechazo de los recortes en la educación.
Lee el resto de esta entrada »