¿Cuantos países existen? Uno oficial y otro clandestino, por supuesto. El pueblo guatemalteco siempre ha sido extranjero en su tierra y toda su historia se resume en la negación de su identidad.
En el año de 1992 las grandes potencias del orbe encabezadas por España se preparaban para celebrar por todo lo alto el V Centenario del descubrimiento de América o el encuentro de dos mundos, como intentaron bautizarlo. Con todo el descaro los descendientes de los piratas y conquistadores pretendían convertir en una fiesta el genocidio y destrucción de un Nuevo Mundo. Por tal motivo el gobierno español tiró la casa por la ventana organizando la Expo Universal de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona.
Aunque también es cierto se desarrollaron actos de repudio y de condena como una gran marcha de protesta patrocinada por las asociaciones de Paz y Justicia y de derechos humanos de Centroamérica, México y Estados Unidos a la que me sumé. En el mes de diciembre de 1991 partimos desde Ciudad de Panamá un grupo de estudiantes, profesores, teólogos, cristianos de base, filósofos, ecologistas, pintores, poetas, monjes budistas, evangélicos, metodistas, cuáqueros, de países tales como Austria, EEUU Japón, Argentina, México, Nicaragua, Panamá, Colombia y España con la intención de recorrer a pie los 9000 mil kilómetros que nos separaban de Washington, la capital del imperio.
Durante esos nueve meses de viaje visitamos más de doscientos pueblos y ciudades donde diariamente realizábamos exposiciones, conferencias y conciertos dedicados a reivindicar la memoria de las víctimas del expolio y la esclavitud. Gracias al apoyo que nos brindaron las comunidades campesinas, indígenas y negras, las alcaldías, universidades, colegios, sindicatos, iglesias, parroquias conseguimos llevar a cabo tamaña empresa.